viernes, 21 de octubre de 2011

CARLOS FERNANDO GALÁN


Al comienzo de la campaña electoral el nombre Carlos Fernando no decía mucho y sin embargo el apellido Galán lo decía todo. Aunque continuamente era confundido con su hermano Juan Manuel, Senador por el Partido Liberal, Carlos Fernando Galán logró en poco tiempo un importante reconocimiento en la política bogotana. Fue creciendo poco a poco en las encuestas, superando a David Luna, quien acumula mucha más experiencia política y tiempo de campaña y logrando incluso por momentos sobrepasar a Gina Parody, que ya contaba con un reconocimiento importante por la labor desarrollada en el Congreso.
 
Aunque continúe diciendo que su candidatura no es parte de una estrategia para darse a conocer y fortalecer sus aspiraciones en futuras elecciones, lo cierto es que ese objetivo ya lo consiguió con creces y es por eso que puede decirse desde ya, que su campaña fue un indudable éxito, pues antes de estas elecciones, aparte de ser hijo de Luis Carlos Galán no se sabía mucho de este joven político. Y es que tampoco había mucho que saber, pues su paso por la política inició hace poco, habiéndose educado en Estados Unidos. Su vida laboral en Colombia arrancó no por la vena de político heredada de su padre sino por la vena de periodista, herencia de su madre y su abuelo materno. Así, en 2003 y 2004 se destacó por su labor como redactor de la sección “País” de la desaparecida Revista Cambio y después inició una recompensada actividad como editor político de El Tiempo. Sin embargo, su primer apellido le apremiaba para que se inclinara por la pasión a la que su padre se dedicó tan exitosamente y fueron precisamente los exaliados de Luis Carlos Galán los que lo buscaron para meterlo de lleno en la política. Trabajó como asesor de César Gaviria en la OEA entre 2001 y 2003, pero fue Germán Vargas Lleras, quien fue parte del Nuevo Liberalismo, quien a comienzos de 2007 lo convenció para que fuera candidato al Concejo de Bogotá por Cambio Radical.

Así inició formalmente la vida política de Carlos Fernando, quien durante su paso por el Concejo mantuvo la convicción de hacerle honor a su apellido, por lo que se destacó en su papel de control político, convirtiéndose rápidamente en uno de los principales contradictores de los Moreno, incluyendo a las fuerzas políticas que los apoyaban en el Concejo. Su lucha contra la corrupción en Bogotá lo llevó a ser uno, sino el principal abanderado de la denuncia del llamado “carrusel de la contratación” y posteriormente, cuando fue elegido director de Cambio Radical, su nombre sonó con fuerza cuando intentó (en vano) purgar al partido de las influencias ilegales.

Galán diseñó un conjunto de propuestas que resultan atractivas para el electorado bogotano, principalmente porque se desarrollan a partir de 3 banderas fundamentales: la lucha contra la corrupción, la seguridad y la movilidad, que son los temas que más inquietan a los habitantes del Distrito Capital. En cuanto a su lucha por la transparencia, ha asegurado que los bogotanos ya cuentan con 2 referencias, primero su trabajo como Concejal y segundo el legado que heredó de su padre. En cuanto al tema de seguridad ha planteado que es preciso fortalecer el sistema de Seguridad por Cuadrantes, de modo que sea efectivo para que la ciudadanía recupere la confianza en la Policía. En términos de movilidad ha precisado que lo principal es acabar las obras inconclusas, mejorar la malla vial con criterios técnicos y hacer realidad el Sistema Integrado de Transporte Público; todo puede ser llevado a cabo sin problemas si se elimina la corrupción.

No obstante a que el programa es consistente, éste pierde relevancia en la campaña al tener en cuenta que el verdadero triunfo de su candidatura, fue haber puesto a sonar el nombre de Carlos Fernando Galán en los oídos de los votantes, pues aunque en la actualidad no tenga posibilidades de ganar la Alcaldía, nadie podrá catalogarlo de “quemado” una vez se terminen de contar los votos el 30 de octubre. Si algo se puede concluir de su campaña, entonces es que durante los últimos meses su nombre se valorizó en el mercado político y podría llegar en el futuro a ocupar un escaño en el Congreso o aspirar a la Alcaldía en las próximas elecciones, con verdaderas oportunidades de ganar.

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